Saturday, November 14, 2015

Esta historia sigue esperando a que me cambie el cerebro para ser escrita. Está esperando como todas las tareas en todos los cuadernos, como la cama desbaratada escondida en el baño, como todos los libros empezados, como todas las películas no realizadas.

Polvo luminoso: Diminutas pelusas que flotan al azar y solo son vistas bajo los rayos de sol.



Hay un rayito de sol muy delgado que se asoma intermitente entre la cortina, va y viene con las ondas que le pone el viento. Ese rayito impalpable, promete colorear toda la bruma entre magentas y naranjas tornasolados de las 5 de la tarde.

Tuesday, June 9, 2015

Diente de león

A veces siento como si de repente me lo estuviera inventando todo. Todo lo que antes ni notaba ahora lo veo con encanto. Ahora me gusta su pelo, sus manos, la piel blanca, los labios secos...
Escucho las grabaciones de su voz 10 veces para que no se me olviden las palabras, así sean sobre su examen de mañana. Pienso en los titubeos de su voz, en como se dobla carrasposa y tenue. 
Y aunque ahora no le quiera vehemente, voy a permitirme estos pequeños deleites que me divierten.
No le digan que me paso pensando en qué decirle para sacarle una frasesita que me ocupe el día, porque en estos momentos esa es mi fútil alegría.

Sunday, April 26, 2015

Auto engaño



Después de varios meses de intentar un auto engaño, solo los fallos me reafirmaron que no... No sé dibujar, ni tomar fotos, ni cantar y mucho menos escribir. Estudié para volverme artista, pero después de cinco años y un cartón en la mano, sigo siendo la misma adolescente desubicada con polvo en la cabeza. 
Ahora me dedico a llenar hojas con talentos inventados y habilidades olvidadas, con la descripción de la persona lamento no haber construido. Al leerlas solo queda la vergüenza de esa farsa.

No sé si algo bueno vendrá (no creo que nada caiga del cielo), no sé qué debo buscar ni mucho menos donde buscarlo.

Para esto deberían educarnos en la vida, para el dolor de no saber como afrontarla, pero nunca nadie me dijo como hacerlo.

Thursday, April 16, 2015

Volátil: Mudable, inconstante.





Puede que este sea el texto de una fracasada, puede que sea una fracasada por el simple hecho de haber creído siempre que lo era, como también puede que sólo sea una persona que se ha despertado más tarde de lo que debía y aún no sabe cómo desatrasarse en la vida. Si usted, lector, me conoce y está cansado de solo oír y leer auto-quejas, no está solo. Yo estoy también cansada de oír lo mismo 24/7 dentro de mi cabeza.

Para apaciguar tanta bulla que hay dentro, lo más cercano a un remedio es la escritura, contárselo a la pantalla blanca como si alguien fuera a darle importancia. Es por eso que hoy traigo otra de mis cuitas.

Aproximadamente, hasta mis 12 años me consideré a mí misma (gracias al concepto de los demás) como una niña adelantada a su edad. Alguien que sabía más, que pensaba más y asumía los angustiosos problemas de aquella época con más madurez de lo esperado.
Después de esos años pre adolescentes, comencé a cobrar propio juicio sobre mi misma, obtuve la capacidad de comparar mi verdadero yo contra la percepción de los demás; y poquito a poco fui entendiendo que lo que los demás creen sobre uno mismo no importa tanto como lo que yo creo sobre mí misma, ni mucho menos me define. Así fue que el autoanálisis se convirtió en la tarea principal de mi vida, hasta lo que es ahora.
Aunque la mayoría de mi adolescencia consistió en llenar cuadernos con escritos y poemas que no podían reflejar otra cosa que lo que estaba viviendo en el momento, nunca pasé de eso, de analizar el momento, nunca trascendí a una proyección a futuro lo suficientemente fuerte como para definir un ideal de mí misma para perseguir el resto de mi vida. Tampoco creo que haya podido definirme como persona, como mujer. Después de tanto análisis, mi segundo gran descubrimiento fue que no me conocía tanto como creía, que los demás sí podían ver más defectos y cualidades en mí de los que yo podía y que me había vuelto completamente inconsciente de la imagen que transmitía y la persona que era al interactuar con los demás.

A mis 22 años, siento que nunca cumplí la debida tarea de la adolescencia, no logré definirme ni definir quien quería ser. Y aunque tengo una personalidad como todos en el mundo, no sé qué personalidad es esa ni cómo cambiarla, no sé si esto que ahora sufro solo hace parte de una idea más infundada por los medios que me piden encasillarme, y tampoco sé si ya estoy encasillada sin haberme dado cuenta.

Así que si ahora me preguntan qué música me gusta, cuáles son mis pasatiempos o cuál es mi color favorito solo les puedo decir que hace 7 años lo sabia, pero ahora casi ni me importa.

En una década en la que se premia la autenticidad, siento que ni eso tengo, que estoy tan distanciada de todo pero tan influenciada a la vez, que no he podido encontrar mi auténtica voz. Siento que nada de lo que escribo soy yo, porque no tengo un estilo, nada de lo que dibujo soy yo, porque no tengo un trazo, ni nada de lo que escucho es mi música porque no se si nada de estas cosas realmente me gustan y quiero que me conformen.

Si me piden definirme en una palabra, esa tendría que ser: indefinida.

Saturday, February 28, 2015

Difusa Clara


En esa bicicleta va Clara. La bicicleta que le regaló su ex por haber aprendido a montar después de 15 años de intentarlo.
Clara se ve feliz en su nueva bicicleta, pero no lo es así siempre. Últimamente, está abrumada por haberse dado cuenta de lo sola que está y estará el resto de la vida. Se ha dado cuenta que ser adulto es estar solo, que nadie podrá, ni realmente querrá ayudarle, cada cual está demasiado ocupado con su propia vida.
Tal vez los demás adultos lo hayan olvidado y ya no se percaten porque se han acostumbrado. Las mil ocupaciones les ha cegado al abismo al que cada uno ha tenido que lanzarse.
Ella está completamente perdida, la dejaron llegar hasta ese camino sin una sola guía. ¿Qué se supone que haga?

Clara siente que su camino es el más indefinido de todos. No hay palabra que la describa, no hay placer que la defina ni talento que la rescate.

Clara no tiene ocupación alguna que la haga olvidarse de su abismo, y aunque todos le digan que tiene que ocuparse, cada vez le importa menos, cada vez quiere vivir menos. Ella quiere poder dormir siempre y olvidarse de todo. 

Es hermosa la bicicleta nueva de Clara.